Como señala el crítico literario Victor Vich: "El proyecto emerge como una exploración de dos personas que han buscado otra forma de conversar”. En ese sentido, se busca más que entender, preguntarse por el diálogo entre poesía e imágen, esto, ya que como es sabido, el discurso poético construye imagenes, crea espacios, cuerpos, sensaciones, con discursos. La idea es mostrar que no hay autonomía entre ambos registros académicos (fotográfico y poético) sino que existen vínculos. Es interesante entonces que se visibilice formas alternativas de producción, negaciones a los monólogos de producción artística. 

FOTO: MEIER RAMIREZ - PUBLICACIONES INDEPENDIENTES

En palabras de Vich: “La propuesta combina los saberes de una fotógrafa con un profesor de poesía. Cada imagen convoca a un poema y éste, a su vez, convoca a otra imagen en el marco de un despliegue cada vez mayor depreguntas sobre las condiciones en las que habitamos el mundo. La secuencia busca dialogar con aquello que abre y cierra la vida en dinámicas de placer y padecimiento.”

Algo más: 
El fotolibro se convirtió en una muestra que está abierta hasta el 16 de setiembre. Dónde y más detalles, acá
mi lectura personal del libro

Primero, abrir el libro es como cuando uno desentierra un tesoro o una raiz. Es como buscar algo en la tierra, ese movimiento en las manos intercalado de derecha a izquierda nos aleja de abrir el libro como pelar una fruta. Entonces, aunque sigue la dinámica de obligar al lector a involucrarse con esta materialidad, esta propuesta imagina y coloca imágenes (del archivo de Lucero) para cada verso seleccionado de los autores. Hasta ahora, los lectores están abriendose una trocha con sus propias manos, y eso me parece invaluable para los que estamos de los dos lados, escribiendo y leyendo poesía. Vemos el proceso desde dos espejos...

foto: Meier Ramirez - Publicaciones Independientes

De otro lado, este libro es más que un libro objeto, más que un libro per sé, creo que es como la poesía misma: una búsqueda, un camino. Y lo más interesante de ese camino, es que a la hora de rehacerlo, de volver atrás, las huellas han desaparecido. Yo no puedo rehacer las paginas que giré. No puedo volver tranquilamente como habría querido para volver a iniciar el orden en el que los curadores/antologadores me lo entregaron. Eso también es poesía: la imposibilidad de recorrer siempre el mismo camino, las huellas como en la arena, desaparecen. Y uno constantemente camina.....es decir, escribe. Busca

FOTO: MEIER RAMIREZ - PUBLICACIONES INDEPENDIENTES


la imagen de mi poema

No sabía del proyecto y no sabía que me incluirían. Mucho menos, intuía que poema mío se podría elegir para imaginar una imagen. Me ha sorprendido que elijan uno que puede parecer tan abstracto, es decir, un paisaje que arrastra a otro tiempo suspendido en sí mismo. Mi poema nació en una casa en llamas, mientras nosotros nos incendiabamos viendo la noche amanecer. Estaba pensando entonces en cómo sería el mundo con más silencio. Esto fue hace muchos años. Escribí este poema cuando tenía la mitad de edad que tengo ahora, y leerlo, nuevamente, me devuelve a donde estuve en ese tiempo: una casa amarilla, en una quinta pequeña, en una calle cualquiera en Miraflores. Este poema se fue abriendo como una caja que dentro tenía infinitas cajas, y se convirtió luego en otros poemas más.


Si quieren ver la foto que eligieron para mirarlo, vean el libro.

Les sorprenderá. 

foto: propia