Nía Shareva es un heterónimo del antropólogo Mario Zúñiga. Nía, como personaje, como voz poética, es una madre soltera que viaja con sus hijas, las ve jugar, bebe, chismosea, se baña y en medio de eso, reflexiona cuestiones del tiempo, del abandono del estado, de los conflictos con el petróleo, de la belleza que subsiste en el crecimiento de sus hijas y en las amenazas que tienen, etc. Nía también es antropóloga por la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga, poeta y promotora de turismo cultural en la selva central y en la cuenca del Pastaza.
Nía crea en los poemas reflexiones filosóficas, políticas o místicas como guiños académicos como un juego con el lector. Pará ella lo más importante es crear un relato para que otras mujeres y viajeros se identifiquen de inmediato y recuerden el  enojo o lo bello que vivieron en ciertos momentos en las comunidades.


foto de mario zuñiga

Sobre el nombre del poemario, Mario nos comenta: "Nía, significa agua en matsigenka. Al río se le dice Nía, y al agua misma, Nía, incluso me dijeron que al rocío también se le decía Nía, aunque algunos diccionarios no lo mencionen.

Shareva es un término que me pusieron en Poyeni, comunidad nativa de la cuenca del Tambo, en Satipo - Junín. Me lo pusieron y rieron, algunas veces me han contando que así le decían a un japonés que vivió cerca a Betania (una comunidad por ahí) antes de la época de violencia política; otras veces me han dicho que es un pez secreto; otras se ríen como si fuera una broma; otras no saben qué es, y no he encontrado en los diccionarios el término. Es mi primer nombre amazónico: Mario Shareva, cuando tenía entre 14 o 15 años. Me gusta que sea toda esa indeterminación.

¿Cómo llegó nia a tu vida?

Me es difícil identificar el momento de que tuve esa voz. Posiblemente creció conmigo cuando viví largo tiempo con Asháninkas de pequeño, cuando entré por el Tambo alguna vez luego de abrirse los controles militares; cuando anduve luego de adolescente por el pueblo Yanesha en el Yanachaga Chemillen , llevando biblias junto con un misionero chileno evangélico, aún amigo, Rodrigo Villaroel y otro misionero peruano Daniel Vargas.

Ahí, entre distintos idiomas e historias de amor y guerra de la época de violencia política vivida por asháninkas y yaneshas, en medio de historias místicas y cotidianas de la vida de estos pueblos, en la competencia por ser como ellos.

FOTO DE  mario zuñiga

tu trabajo como antropólogo

Durante muchos años he venido trabajando en varias partes de la amazonía, norte, central y sur. Pero ya hace casi 8 años que junto con la Plataforma Puinamudt, una plataforma constituida por cuatro federaciones, FEDIQUEP, ACODECOSPAT, OPIKAFPE y FECONACOR, venimos peleando duro por el tema ambiental en las cuencas del Pastaza, Corrientes, Tigre y Marañon. 

foto de mario zuñiga

 Nuestro modo de trabajar es caminar con la gente, estar en retaguardia del pensamiento y la acción o a su costado en los procesos, siendo respetuosos con sus autonomías y trabajando con ellos cuando se puede el día a día, sin desesperarnos por irnos o espantándonos cuando existen problemas dentro de las comunidades, entrando a hacer mingas, durmiendo en las pistas de los aeropuertos si hay luchas y entregando no solo cariño y amistad sincero sino también la experiencia técnica, emotiva, política y científica de lo que uno sabe no como vanguardia sino como ayuda para que sus agendas sean las que sean escuchadas y peleadas, y puedan ser atendidas.

Mi trabajo amazónico influencia en términos de falta, en términos de impotencia, en términos de daño incluso por agendas que faltan abordar y pelear con las poblaciones, en largo tiempo, es decir, escribo principalmente desde la deuda y la herida permanente.

izq. Ronald Suarez junto a (der.)  Mario Zúniga

el proceso del poemario

Los escritos son escritos de hace 5 años como notas de viajes, que en la pandemia del 2020 comenzaron a ser trabajados con más calma y que siguieron creciendo, cuando reinicié mis viajes en octubre de ese año hasta antes de enviar el poemario. Nía adquirió una voz especial, particular a mis otros heterónimos, y creó ese primer poemario.

El poemario está construido como “notas etnográficas poéticas” que relatan una especie de viaje, que empieza con pensar el mundo cósmico y material desde la tierra, según ciertos ejes, para luego pensar la tierra desde lo maravilloso en lo cotidano. Lo que más me gustó es que casi el 80% de estos poemas fueron hechos en botes, en noches de viajes en comunidad, en asambleas comunitarias y en los descansos que se tenían en algunas comunidades, luego fueron moldeados en Iquitos la gran mayoría en el bar de las Pishcotas, a veces, o en casa ya en Lima, más tranquilo por las noches y madrugadas, revisando notas y fotos.Y luego, compartiendolos con amistades muy cercanas y queridas.

mario zuñiga. foto: apj


la herida y la poesía

Escribo desde una falta y un daño, desde el trabajo que hacemos peleando con nuestros hermanos y hermanas. Una de ellas es el tema de género y el trabajo que se necesita hacer con mujeres, lgtbi, hombres, etc. Este, debería ser un trabajo acompañando, viviendo, transformando en un caminar de mediano y largo plazo en las zonas para que se pueda percibir cambios. Estos grupos tienen peores condiciones en ciertas zonas. 

En zonas petroleras, el Estado ha sacado millones de dólares y no construyó ni un hospital adecuado con implementación y servicios interculturales para el trato de las mujeres gestantes indígenas; hay cochas y bosques con elementos químicos que producen cáncer o generan abortos no deseados y daños permanentes. Hay una historia de violencia e injusticias contra la mujer producida por cambios sociales que han terminado generando institucionalidades tradicionales que ya no las protegen en algunas zonas. Por lo tanto, el asunto de mujeres y hombres envueltos en un contexto de degradación material pero también epistémica, se complejiza más y es más grande nuestra falta.

¿quieren escuchar la presentación? 

Click: