- Paloma yerovi cisneros
Es actriz, directora de teatro y dramaturga peruana. Ha participado en series y telenovelas en el Perú y también en Ecuador y Argentina. Actualmente protagoniza "La herencia de Flora" sobre la vida de la pionera del feminismo Flora Tristán
ADIVINANZA
Su curva reluciente
libre de p b a,
tiembla.
Ciega,
distrae a la madrugada
para que sea noche,
envuelta en el túnel de algodón
por el que arrastra
su estómago caníbal,
y arranca del pecho
el latido de cada mañana.
El único ensayo
el del silencio.
Aquí dentro llueve
la leche cortada,
el grito hondo.
Lanza voraz,
con los dientes abiertos,
la llamada del comienzo del mundo,
mientras captura, el gran biberón de leche.
MALECÓN
Desde arriba,
el mar.
No recuerdo
un día azul,
ni celeste.
Sí, la rugosidad
del cielo,
pulso de nubes
como leche.
Un paisaje mínimo,
árboles bajitos
de poca sombra,
su aridez
de costra marina.
Era la madre,
era Lima,
páramo de lluvia,
tierra baldía,
sin poder llorar.
Una pelota blanca,
regalo de la abuela,
resbala ahora
por la quebrada.
lenta, dolorosa,
cae al mar,
como un golpe
temprano.
Se la tragó
la bruma de pizarra,
el olor a pez muerto.
No recuerdo
un día azul,
ni celeste.
Sí, la ceguera
ante la niebla,
en donde brama
el miedo,
tarde es
puente del malecón,
te cruzamos,
desvaneciéndonos.
- kenki ibañez
Sus poemas han sido publicados en revistas de Venezuela, Chile y España. Ha participado en las antologías “El mar del ángel solo” y “Aislados: dosis de poesía para tiempos inciertos”. Actualmente estudia economía.
Carta a la madre
Lima, 02 de febrero de 2022.
Seré breve. Cómo roca disparada por una honda. David y Goliat dices tú, me resuellas los salmos y proverbios que memoricé en mi niñez pero que ya no los recuerdo. Los Hermanos Ayar, El abuelo ahuyentando los loros en el maizal,
y coincidimos.
Brevedad he dicho y ya me voy por las ramas.
Brevedad que nunca ha sido mejor dicha que por tus labios devotos cuando hacen volar gavilanes después de tanto hilar en el vacío saetas mortales que rompen como un cristal el pío pío amable que emanan botones amarillos,
trémulos,
¡¡breve, breve!! dices,
siempre lo has dicho cuando ibas un paso por delante.
Estoy escarbando como una gallina en la humedad debajo de la hojarasca,
sé que no te gusta.
Arañar también deja cicatrices en el cuerpo que araña, me tienes advertido.
Demasiadas palabras ya, dirás, la vida fuga mientras intentamos ser – reconocernos – en las palabras. Silenciosa tú te haces, te construyes – no hay otro modo -, con actos.
Sé que desconfías de las palabras, las palabras del hombre; tu fe toda está puesta en las palabras aquellas que repasas, con el corazón, tan de mañana bajo un cielo abierto que besa con rocío tu cuerpo que algún día abandonarás. Sentada ahí, bajo el limero, al costado del rosal, mientras clarea, te he podido ver desde mi ventana la última visita, pareces una virgen, pero tu gruta es mi corazón.
Esta es la herramienta que tengo, la materia con la que intento construirnos para durar un poco más allá de la vida: palabras, mamá, ¡palabras! A veces, éstas se llenan de corazón, de latido, se abren como un botón y afloran los sentimientos secretos.
Hoy, no hay hoy, si lo que se calla es el sonido del agua diáfana que alquitara, aquí en mi pecho, tu gruta: danza, su danza de las tijeras, un sentimiento verdadero.
Mamá, te quiero.
- María macaya
Nació en San José, Costa Rica, 1991
Porvenir
Retumba la luz turquesa oscuro,
se espesa en las esquinas
y alrededor de los montículos,
palacios de chatarra.
Soy minúscula silueta,
me desplazo
por arena movediza
e intento escalar
sin que los órganos azules
se quebranten.
Un viejo inodoro
es el rey del basurero
yace en la cúspide
como un serafín
de porcelana.
Secuelas
Hay escombros de ti por toda la casa. No me ha quedado más que considerarlos restos del accidente que fue nuestra despedida en el aeropuerto. La rasuradora desechable que compraste en el Combai ha llegado a tener estatus de amuleto. Tú la buscaste por ser la más barata, yo la conservo por ser la más valiosa. He pensado incluso en hacerle un domo de cristal. El cepillo de dientes que te regalé la primera noche ha permanecido, muy obedientemente, recostado al mío. Los he confundido un par de veces, pero por favor no le digas a nadie. Te lo cuento solo porque sé que te dará risa y te acordarás de aquel poema de Eduardo Lizalde que comentábamos la noche en el hotel, el que habla de como la verdadera intimidad es compartir un cepillo de dientes.
También hay un desodorante de bolsillo, con las curvas de una bala, en el. fondo de la gaveta de mi mesa de noche. Este es un gran riesgo para mí: abrirlo causaría que la imagen de tu cuerpo sudoroso sobre el mío me caiga encima, y no quiero morir aplastada. Pero hay algo a lo que puedo recurrir sin arriesgarme, tu camisa floreada de botones. Le pondremos “flores oscuras” por su fondo negro con diminutas flores verdes, rojas y azules. Sabes que este es el título de uno de mis poemas viejos, pero ahora será tuyo. Bueno, de tu camisa. Soy como un sabueso que busca sobre sus fibras los rastros de tu colonia o del olor de tu cuerpo. Los encuentro como si fueran depósitos de petróleo y los respiro.
Creo que tendrás que disculparme, he escrito un recuento de una casa vaciada incluso de sus propios fantasmas. He caído en ese cliché tan nefasto de la novia triste, pero esto ha sido mi propia culpa. Dime, dime ¿Cuándo vendrás a recoger el desorden que dejaste?
- Masiel Monserrat Corona Santos
Poeta mexicoamericana, líder comunitaria. Ha laborado en distintas instituciones como asistente, mentora, tutora y docente. Obtuvo su M.A. en Literatura Hispánica y Lingüística (Universidad Estatal de California, San Bernardino). Ha participado en el Festival Internacional de Poesía, Comala, Tercer encuentro internacional de poetas y escritores (Academia de Literatura Latinoamericana SMGE). Tercer recital de poesía sofisticada-Perú, Antología poética de poetas del Cupatitzio, Un virus sin corona II, Resilencia, Las mujeres y la poesía 2020.
EL SECRETO DE LAS DUNAS
En un mar poblado de serpientes,
el sol viaja por debajo.
A los guardianes de la noche,
llevamos dentro,
sombra de lluvia,
la entrada,
el desierto.
Cada raya,
cada nudo, nuestra historia
escondida en el vientre,
silabeando,
magia, vida, milagro.
Revelar las palabras,
el principio del fuego,
ceniza, las estrellas no ofrendan.
El secreto de las dunas,
el viento,
impalpable lagarto nocturno.
La mujer serpiente
como bocanada de semillas,
oscila en dirección del torbellino,
arena,
polvo;
forma al moverse.
Su lengua,
la fuerza de la tierra,
el arrojo del corazón sobre las piedras.
- coco mártin
Coco Mártin cambia de vida, profesión, piel y oficio cada tres o cuatro lustros, en una suerte de ciclos involuntarios de reinvención ante la mortalidad; tal vez por la vana ilusión de vivir más de una vida en su tiempo. En Lima, fue un aplicado niño arquitecto, luego fotógrafo y profesor del cuarto oscuro; en Nueva York es escanógrafo, corrector de estilo y fabricante de imágenes. Un conceptual inacabado que ahora juega con palabras e imágenes en lento movimiento.
Instilar
ya no exhalan los vapores en los jardines
esos que calibran el ánimo pequeño
de los chorritos de agua
de la vereda invadida
y el transeúnte encorvado
los empleados a tiempo completo
tampoco intuyo a los vecinos
mascarilla y bolsita en mano
talón, punta, talón
paseando a sus perros
patitas cortas en mis oídos
de chisme y vaho en el parqueo
ese asfalto que entretiene
duerme aún el ojo en ristre
del veterano de guerra
pestaña fiel en el ducto contiguo al 3H
hedor tangencial de noches impares
paladar racial en tregua yace
sus malos dibujos en horas de pausa
evaden su sobrepoblado territorio
ya no se oye al insomnio encendido
el de la inquilina contigua
la del 3E con vista al Hudson
murmullos de vida pasada y televisión por cable
auriculares de voces en cuello
maltratando en garganta a su madre
ese inglés musical de la costa noreste
meses de Broadway a oscuras
de ojos empuñados
sin viajes en bus a Manhattan
el tramoyista y la barista
la pareja a tientas del universo del 3D
arruga a los choferes sin buenos días
sin músculos de goma y asientos vacíos
chirridos de frenos no irritan la calle
aquel del 3A ya ni solo murmura
aguarda paciente la medicina
años de pantuflas que le hacen bien
bruxando y mordiendo se rasca
descarga en rincón de su rubia vecina
que al laxo juguete abandona
lo seca y lo amarra
pues ya no la divierte
su tatuaje
ese del 3C en enésimo olvido
ya no pregunta mi nombre
cuerdas con desgarro de niño
quien no habita su llanto siquiera
y el rigor lo aterra
sinónimo de abuso infantil o padre ruso
clavan los pasos de la madre ausente
la que provee en madera
la 4F que flota en mi techo
desteta y huye a hurtadillas
reloj enyesado en ritmo sexual
diapasón del 3G en pared medianera
ya no despierta a mi gato
la nieta y la amante boricuas
ya no llegan como antes
rezan las pastillas y duerme la abuela
sin nubes ni magia queda
fausto ascensor se ejercita
suspiros mecánicos llegando a mi piso
canastilla de metal
recorrido de lavandería
rueda el timbrecito a mi dedo
vacío vacía el vacío
cartero o fantasma
pariente que tiene la llave
buzón en su día libre
no se oye compás ni latencia
ya todo da igual
en el ocho seiscientos
no doy a la luz ya mi tiempo
ojo angular de mirilla
en mi puerta de entrada
ausculto el sonido lamiendo
de cada avión que cae
cada noche
como buscando vida
el sueño
la vigilia
el sueño
la vigilia
el sorbo
la vigilia
el sabor de no dormir
lo sutil
Publicado: 2022-02-16
Este taller ha sido un éxito. Se inscribieron 16 talentosos poetas y gracias a la virtualidad pudimos trabajar estando en California, San José de Costa Rica, Lima, y Nueva York, y sin importar la diferencia horaria ni el trabajo o la violencia del clima. Como todos mis talleres, este ha sido super especial: aprendí de ellos tanto como espero ellos hayan podido aprender de mi. Y por eso estoy muy agradecida. Compartir este tiempo escribiendo y pensando en poesía, renueva mis ganas de enseñar y me hace sentir como si todo empezara de cero otra vez. Comparto los logros de algunos participantes y les agradezco muchisimo por haberme permitido ser parte de su aprendizaje y por autorizarme en compartir su trabajo. Pronto haré un segundo posteo con más versos y más poetas de LA DISCIPLINA DEL GOCE- taller de Andrea Cabel.
Escrito por
Andrea Cabel
PhD en Literatura Latinoamericana por la Universidad de Pittsburgh. Ha publicado poemarios, reseñas y artículos críticos y de opinión.
Publicado en
de un silencio ajeno
Un espacio para la discusión de literatura, cultura y (a veces) política.