Me llamo Pablo Salazar Calderón, nací en París el año 1978. Soy un peruano nacido en el extranjero. Quise ser futbolista hasta los veinte años hasta que descubrí el libro “Los Vagabundos del Dharma” de Jack Keruoac, que me cambió la vida. En ese libro descubrí que existía una sensibilidad poética y que yo la había vivido, incluso en momentos que podrían llamarse cotidianos, pero no sabía que eran así hasta descubrir esta historia. Tras esta experiencia que percibí como una epifanía, seguí todo un periplo alrededor de las Letras y las Ciencias Humanas. Trabajé de docente y en labores relacionadas a la literatura y los libros hasta la actualidad. Tengo tres hijos literarios (tres libros) y dos hijos de carne y sueños: Santiago y Vicente.

Pablo salazar calderon. fuente: archivo personal


de dónde nace la idea de escribir sobre autobuses estelares

Luego de unos años de mi segunda publicación, pensé en un tema que me movilizara. En esos años, los accidentes automovilísticos tomaban las portadas de los periódicos, un tema que me conmovía mucho y aterraba, pero me parecía muy gore y evidente escribir algo realista sobre eso. En esos meses sucedió, que regresando un día de la playa Punta Negra hacia Lima, noto que el carro se detiene por una larga fila de autos formando un gran tráfico de unidades de transporte. Había ocurrido un accidente. Recuerdo que era de noche y la luna estaba totalmente llena. 

portada del poemario.


Fue en ese momento que uno de los carros que estaba delante de nosotros se mueve y uno de los autos que ocasionó el accidente automovilístico nos ilumina con sus faros aún en funcionamiento con la parte delantera totalmente dañada. Esa luz en ese momento, me supo a luz de otro mundo, y con eso se encendió la imagen de los vehículos automotrices desde otra perspectiva. Me quedé con eso rondando mi cabeza y al comenzar a escribir y a pensar en ello, me asaltó un recuerdo: era niño y viajaba en los buses Ikarus10. 
los buses ikarus 10
Eran unos buses unidos por dos segmentos conectados por un pasaje de fuelles que asemejaban a un acordeón. A esos pocos años, adoraba ir en ese lado, escuchaba el sonido del motor, que lo percibía como un murmullo que me sabía a nave espacial. Pensaba que un día esa nave despegaría. Cuando recordé esa sensación me puse averiguar como se llamaba ese bus, y caí en la sorpresa que se llamaba Ikarus10, como el personaje de la mitología griega que buscaba el cielo. En esa investigación me percaté que existían muchas empresas de buses que se llamaban como objetos celestes: “Orión”, “Pegasus”, “Uranus” y muchas más. Entonces ahí se dio inicio al disparador que hizo surgir el libro.
un cuerpo de acordeón 

El formato del libro fue un concepto creado por el poeta y artista gráfico, Augusto Carrasco. Diría que la suya, fue una lectura muy acertada, al punto que diría que es casi una reescritura del libro con el cual dialoga, pero al cual también añade cosas. Yo saqué una primera edición con la editorial Paracaídas, que me agradó, pero el tiraje fue muy corto y agoté mis ejemplares. Pensé que era un libro que se merecía más lecturas, por eso me decidí por una segunda edición. Es ahí que me contacto con Augusto, para que me haga una portada y me terminó sorprendiendo con esta propuesta. La verdad que se enlazó con la idea original que yo tenía cuando escribía el libro, y era que éste fuera presentado en una versión objeto. Por eso digo que fue una lectura muy acertada. 

libro extendido.

Algo similar buscó Carlos Oquendo de Amat. Cuenta José Luis Velázquez, estudioso de su obra, que la idea este poeta puneño, era la de sacar el libro en celuloide, cosa que al final en la parte operativa del proyecto, fue muy difícil de realizar, por ello desistió de este en su idea original.

El formato de esta edición dialoga con partes significativas de los mismos poemas. Como son: la profundización en la memoria, o la visión de la tecnología, pero vista desde una mirada lúdica infantil, por decir dos de otros temas existentes dentro del libro. Las carreteras son las páginas de los poemas, a partir de las cuales buscar llegar al cielo, el espacio exterior. Así como darle el encuentro a otros pilotos (llámales extraterrestres, llámales a nosotros mismos en nuestro remoto pasado, como un viaje a un pasado extremo de quiénes somos
atari e ikarus
El bus es el vehículo que conduce a este pasajero que viaja en el tiempo. Este vehículo podría ser el poema, que articula a los versos dándoles un sentido como marco. El vehículo que conduce al pasajero que es un sujeto poético individual, pero que también es otro social, político, literario, que viaja por diferentes etapas de la vida política nacional.

interiores del poemario. se ve la ruta/poema del ikarus

la dialéctica entre imaginación y memoria

Yo la definiría como un volver al futuro. La vuelta al pasado la veo como si fuera un resorte que profundiza en la crisis de un tiempo histórico determinado (aquel correspondiente a los gobiernos de Belaunde, Alan y Fujimori), pero que se resuelve en la mirada de ese sujeto niño que mira hacia el futuro; con la imaginación como centro de poder para hacer posible tal viaje.


¿DONDE COMPRARLO?
Librería Fabla Salvaje (Arequipa), Librería Inestable (Lima) y Escena Libre (Lima) o en las redes del autor
un Poema del libro


Se estrellan en la niebla

Un auto y un avión

cada uno

sigue su camino

hacia el cielo de chatarra

Los cinturones de seguridad

rendidos sobre los asientos

atrapan el vacío

como un mensaje presurizado

desaparecen

sus números de serie

son borrados

lentamente

en sentido contrario al que fueran escritos

Son casi astronaves

pero un bélico encanto los retiene

y no pueden irse.