El día de ayer miércoles 1 de diciembre, a las 5 p.m., en la Feria del Libro Bicentenario (parque Kennedy, Miraflores), se presentó el libro de cuentos "La irrealidad y sus escombros" de Rocio Uchofen, con los comentarios de Oswaldo Estrada y Giancarla Di Laura. Este texto pertenece a Oswaldo Estrada, uno de los comentaristas, y esperamos que sirva como modo de invitación a la lectura de este valioso material. 


oswaldo estrada. fuente: new latino boom

El libro se encuentra actualmente a la venta en el stand de Ediciones Altazor de la Feria Bicentenario
Rocío Uchofen y la literatura peruana de Estados Unidos


Difícil encajar los cuentos de Rocío Uchofen (Lima, 1972) bajo un solo rótulo. Son realistas hasta la médula y sin embargo saben sorprendernos cuando menos lo esperamos: con un giro fantasmal, con un detalle naturalista que busca incomodarnos, o con dobles y reveses que ponen en tela de juicio todo lo narrado. En las catorce ficciones reunidas en La irrealidad y sus escombros (Lima: Maquinaciones Narrativa, 2021) pasamos de la vida a la muerte en un abrir y cerrar de ojos. Y tenemos que estar atentos para descubrir quién narra desde Nueva York o París, desde la Ciudad de México o una misteriosa Ciudad del Puerto que se parece mucho a Lima, o desde la geografía de los sueños, donde todo es posible y la vida nos obliga a contemplarla desde un ángulo inédito.

rocio uchofen. fuente propia

Rocío Uchofen ha cultivado esta forma de narrar puliendo los contornos del lenguaje, depurando paso a paso y tallando metáforas secretas en cada uno de sus poemas, en dos colecciones de relatos publicadas en Estados Unidos —Odalia y otros sin esquina (The Latino Press, 2004) y En algún lugar del laberinto (Amazon, 2019)— así como en una serie de revistas y antologías donde su voz surge del límite mismo de la realidad y la irrealidad. De los apagones en el Perú de los años ochenta (Cuentos de ida y vuelta, 2019), por ejemplo, de la experiencia de los inmigrantes en Nueva York (Las locas ilusiones, 2020; Staten Island, mi historia, 2020; Todos podemos escribir un cuento, 2021), o de las preguntas sin respuesta que surgen de la catástrofe, el viaje, el exilio, los amores clandestinos, la ilegitimidad, el peso del pasado, los accidentes y la enfermedad.

En “La vida inconclusa de Enrico Mistral”, cuento con el que abre la colección, vamos del mundo del hampa a la cumbre del éxito musical con un hombre que cautiva al público con su voz de oro. El cuento podría ser el sueño dorado de un chico que sale del reformatorio para escalar el mundo de la fama. Y sin embargo es más que eso. En él se talla la rivalidad entre dos hermanos, la explotación del talento artístico y sobre todo el peso de la culpa capaz de cruzar los límites de la vida y la muerte. Del más allá parece regresar una madre en el cuento “El reflejo” en una narrativa verosímil amparada en los avances médicos. Y una voz, una presencia fantasmal en “Las intrusas”, nos devuelve al rincón que alguna vez fue suyo con una buena dosis de suspenso, en un mundo de sombras y restos y silencios de otros tiempos.

La muerte ronda a varios personajes del libro. Los encuentra en cama, escuchando una canción de los Beatles en un walkman de otros tiempos, como sucede en el relato “Soy la morsa”; padeciendo de cáncer en el relato “Manuscrito hallado entre escombros”; o en la habitación de dos mujeres atadas por un pasado que arrastran —“Bajo la luna”— como una capa por donde van. No faltan en la colección los amantes que se encuentran en otra ciudad, a punto de ser descubiertos, como en el relato “Diana Cazadora”, donde la otra camina por calles chilangas que van del presente al pasado, hasta encontrarse con Edgar Allan Poe dibujado en una puerta de metal: “ambos lejos de casa y con la angustia perturbadora de la desgracia inminente” (32). Espeluznante y sorprendente es, por otro lado, “El beso en Poblenou”, donde dos amantes que se dan sus escapadas anuales se reúnen por última vez frente a un cementerio de Barcelona, dejándonos fríos, helados, con un beso muerto en los labios.

En todos estos cuentos Uchofen sorprende, conmueve, sabe dar a tiempo el giro de ciento ochenta grados para sacudir a sus lectores y negarles la complacencia, la salida fácil, el final feliz que pudiera resolver el dilema en cuestión. Y nos deja sin asideros de ningún tipo para pensar y repensar en la humanidad o la muerte de dos amigos en Times Square que no se han visto en años, en la violencia escenificada por unas hormigas que atacan a un escarabajo, o en que estamos hechos, a fin de cuentas, del mismo barro. En los cuentos de Uchofen contar es un deber, una consigna, un oficio. Para descubrir el drama detrás de un accidente cotidiano solo en apariencia, un tumor que crece más allá de las páginas de un cuento, voces antiguas que siguen aferradas al presente después de varias décadas de haberse ido. Y ecos, pasos y sombras inconclusas. O reflejos de otras vidas. Como aquellas que aparecen en “Esos días perdidos”, en medio de una pandemia, agonizando por los síntomas del Covid-19, cuando el tiempo en Nueva York se paraliza.

Potente y seductora, misteriosa de principio a fin, la escritura de Rocío Uchofen es una excelente muestra de la literatura peruana escrita fuera del país, a caballo entre el recuerdo que muchos dejamos atrás para labrarnos un mejor porvenir en México y Estados Unidos, en Japón o en Europa, en algún rincón del mundo que nos permitiera imaginar la vida lejos de la violencia y la inestabilidad política que aun nos persigue con su presencia fantasmal. Muchas son las autoras peruanas que siguen enriqueciendo nuestras letras desde el extranjero: Roxana Crisólogo Correa, Margarita Saona, Nataly Villena Vega, Grecia Cáceres, Jennifer Thorndike, Claudia Salazar Jiménez, entre otras tantas. A ellas se une la voz de Rocío Uchofen con estos catorce cuentos de fina factura, inquietantes, traviesos. Para decirnos, sin titubeos ni ambages, que la realidad no es lo que parece y que en sus escombros y basurales es posible imaginar otro presente.

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