La educación tiene dos modelos que conviven. Una formal: un colegio, un instituto, una universidad. Y es mucho más lenta para adaptarse a las necesidades de las personas. Su burocracia más que responder con rapidez y conectarse con los perfiles de los estudiantes, suele ser un obstáculo. Y estamos aquellas propuestas educativas que pertenecemos más bien a una comunidad, a un grupo, con una dinámica más rápida y encaja con mayor precisión a lo se requiere. Sin embargo, en la oferta educativa de este tipo, hay dos vertientes: las que optan por cursos más profesionalizantes y que son mayoría y, las que, más bien, estamos convencidos que una oferta de cursos de humanidades y artes, son imprescindibles para la formación cívica actualmente.

Ornitorrinca nace como una posibilidad, un espacio amigable y alegre, para establecer vasos comunicantes entre aquellos que les fascina enseñar temas humanísticos que lo apasionan y, todos los que necesitan de un lugar en el mundo para afianzar su comunidad cultural y establecer vasos comunicantes sobre los saberes. Es un sitio para estar feliz conversando, dialogando, intercambiando conocimiento y pareceres sin presión de una institución. Es el retorno a aprender con gozo. 

Para ello, el equipo académico ha diseñado propuestas que tienen un aporte cultural y a la vez un entrenamiento para ampliar nuestras visiones culturales. Hay un equipo docente fabuloso, con personas amables, generosas y con alta especialización en los temas. Es decir, una garantía de un aprendizaje real, intensa, de apertura. 

Nuestros docentes ofrecen sus conocimientos con calidez ya que son los que mejor conocen su tema porque han elegido el curso que quieren compartir. Así tenemos poetas, narradores, videastas, ilustradoras, actrices, filósofos, es decir, una comunidad de gente amante de las humanidades que se juntan con otros chicos igual de fascinados por las humanidades.

Queremos ser el mejor lugar en plataforma online de cursos en vivo a nivel de humanidades y artes de toda América Latina, tan maravillosa en expresiones culturales. Estamos llenos de dinámicas culturales. El poder de la cultura, sostenía el maestro Edgar Montiel. Sin embargo, se ha concentrado como una oferta periférica, marginal o paternalista. A veces, desde la visión del Estado, con políticas educativa centralistas y jerárquicas. Y, en las instituciones educativas tradicionales, apenas como una coda, un córner cultural y con precios exorbitantes, inalcanzables para la mayoría. Es decir, un circulo vicioso de una oferta cultural solo para pocos a pesar que justamente se trata de ser lo más democrático y accesible posible.

Ornitorrinca es una plataforma que permite que los docentes o artistas con conocimiento tengan la posibilidad de compartirlo con la comunidad y, a la vez, genere sostenibilidad tanto para el profesor como para el proyecto, pero con precios totalmente accesibles.

Tenemos 10 cursos y cada mes va creciendo. Es nuestra segunda semana y vamos por los 40 estudiantes. Por supuesto, quisiéramos que esta propuesta de espacio comunitario para las humanidades pueda llegar a quienes requieren lugares de cálida interacción. Quisiéramos tener una amplia oferta de cursos para que cada vez la variedad sea también una característica. Tenemos que sacar de las aulas tradicionales y construir universos de trabajo colaborativo. Las humanidades lo requieren.

En este curso, por ejemplo, planteo un regreso a los orígenes del pensar: las preguntas cruciales de nuestra vida. Desde preguntarse por el sentido mismo de la vida hasta cuestionar tópicos de la belleza. Es decir, el academicismo extremo, o los libros de autoayuda, se han apropiado del pensar y la reflexión desde la comunidad. Han descartado esa curiosidad natural que nos acompaña desde que somos niños. Esas preguntas sobre todo y de todo, sin pudor y con la inmensa necesidad de aprender. De eso se trata: de seguir aprendiendo siempre.

La filosofía tiene que ser una herramienta de liberación mental, de romper las cadenas que nos llenan de temores injustificados que provienen de supersticiones o religiones. Coloca al ser humano en medio de la nada para obligarlo a pensar con su ego suspendido, con la nueva humildad que se requiere para entender que sabemos muy poco y tenemos la inmensa responsabilidad de asumirlo.