Hemos acabado junio y aunque no hemos podido postear a tiempo, siempre hay que hablar del orgullo. Por ello, invité a Marisol Agüero, a que me comparta alguna reflexión sobre el papel que juegan actualmente varias marcas que se visten de la bandera del orgullo. Paso a presentarla :)  

MARISOL AGUERO. FOTO: ESCUELA DE EDICIÓN DE LIMA

Licenciada en Publicidad por la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), con más de diez años de experiencia en el desarrollo de campañas de marketing y comunicación en agencias de publicidad y multinacionales como Intel y Lenovo. Certificada en “Storytelling para negocios” por Miami Ad School Mx. la escuela de creatividad más importante del mundo. Certificada en “Terapia narrativa” en el Instituto Peruano de Orientación Psicológica (IPOPS). Ha dictado diversos talleres y cursos para empresas nacionales e internacionales.
Lo que nos dejó el día del orgullo 2020.


Desde hace 50 años, el 28 de junio, la comunidad LGBTI celebra y reivindica la lucha por la igualdad de derechos. En este escenario, poco a poco, las marcas comienzan a tener presencia y hacen eco de su apoyo a esta causa. Pero, ¿es relevante para la comunidad y para nuestro sentido de la tolerancia, la forma en la cual lo hacen? 

Durante esta fecha, muchas marcas visten sus redes sociales con la bandera del Orgullo Gay, otros publican mensajes o desarrollan campañas de respeto, igualdad y apoyo a la diversidad; sin embargo, la gran mayoría de estas empresas no presentan políticas internas pensadas para la gestión de la diversidad.

Facebook: awake

 Por ejemplo, aunque presenten mensajes y campañas “orgullosas”, no implementan un área de recurso humanos capacitada en temas de género, tampoco en temas de prevención de acoso y hostigamiento LGBTIQI. Del mismo modo, estas empresas, en su mayoría, no tienen hasta el momento una gerencia preparada en temas de diversidad LGBTQI, tampoco implementan los mismos beneficios a las parejas del mismo sexo que a las parejas heterosexuales y tampoco desarrollan políticas para el uso del nombre social de personas trans.

Si bien el aporte de las marcas, hasta el momento, es bien recibido por el movimiento LGBTQI, es superficial, y no implica un esfuerzo real. Un estudio elaborado por la ONG Presente revela que sólo el 8% de las empresas se ha pronunciado públicamente apoyando los derechos de las personas LGTBQI y solo el 18% cuenta con programas de entrenamiento o sensibilización en temas de diversidad sexual.

Desde nuestra comprensión sobre cómo debe ser el vínculo entre la marca y el consumidor, creemos que es prioritario que los consumidores sientan que importan, que su presencia y su opinión es relevante, porque solo si eres importante para el otro, este querrá escucharte, tenerte en cuenta y acompañarte, buscando comprender tus motivaciones.

En el intento de crear una analogía, imaginemos lo siguiente: si cocino para ti, lógicamente, pensaré en un menú que sea de tu agrado, para que lo disfrutes, pero, además, para que sientas que fue creado a tu medida. Entonces, respetaré tus gustos, pero, también, tus necesidades nutricionales, tus ideales y valores alimenticios, entre otras características. Una marca debería hacer lo mismo: desarrollar productos y servicios considerando los intereses, estilo de vida, inquietudes y básicamente, la realidad, de a quienes va dirigida. Solo así existiría verdaderos signos de visibilización e integración de la ComunidadLGBTQI.

Repensar los valores corporativos, las políticas internas, incentivar la escucha y la disponibilidad al cambio, así como la producción de reglamentaciones por licencias varias, que contemplen a todos los casos por igual, sí sería de un enorme valor.

Dicho esto, creo que es hora de elevar nuestra creatividad y conocimiento del segmento LGBTQI, y comprometernos con el hacer. No esperemos al próximo ProudDay para lanzarnos con una idea innovadora, hagámoslo ahora. El Momento Es Hoy.

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