Andrés Edery se ha dedicado desde muy joven a la caricatura política. Desde los 13, más exactamente, en Página Libre. Desde entonces, sus caricaturas tienen un alcance -y un efecto- sorprendente. Muchas veces, éstas nos dan el pulso de la realidad nacional. Sus dibujos nos hablan de la discriminación, del feminicidio, de la corrupción que reina en nuestro país, pero siempre con un estilo sutil, muy personal y siempre objetivo, sin caer en preferencias o amistades. Leer sus gráficos en el diario es, posiblemente, lo único que nos permite darle la vuelta a la realidad corrupta, indigna y dolida que vivimos. 

fuente: el comercio

Andrés comenzó a dibujar en el colegio, en la Inmaculada, cuando estaba en primero de media. Sabía que quería dedicarse a esto y a nada más. Dibujaba a sus profesores del cole y ya en la universidad, dibujaba para la revista Oiga. Fue entrevistado en quinto de media por Jaime Bayly y le contaba que estaba aprendiendo a tocar batería y que quería estudiar en la PUCP. 

Dicho y hecho, consiguió lo que se propuso: estudió Arte en la PUCP, se dedica a dibujar, además, con libertad, sobre un terreno espinoso como el de la política peruana y por supuesto, consiguió tocar muy bien la batería. Los personajes políticos que más le gusta dibujar son: Toledo y Nadine Heredia. 

fuente: el comercio

En una entrevista señaló que le relajaba dibujarlo porque le "parece que dentro de todo es honesto consigo mismo. Es un personaje lleno de tantos defectos, pero que los muestra sin filtros"

fuente: el comercio

Hemos podido realizar esta entrevista a pesar de los husos horarios, y a pesar del día a día que corre a diferentes horas entre España y Perú donde radicamos respectivamente. Agradezco mucho la oportunidad que me dio a través de esta entrevista de conocer el genio que está detrás de las imágenes de este Perú destartalado, que en vez de hacerme llorar, me hacen reír. 

la caricatura política

MI primer contacto con la caricatura política fue con Carlín y Monos y Monadas. Sus portadas me parecían fascinantes. Luego descubrí a dos maestros del dibujo, David Levine y Carlos Nine. Y más tarde aprendí sobre ironía con Roberto Fontanarrosa y Heduardo. 

Pero además tuve la suerte de conocer en persona a Juan Acevedo, que fue una especie de maestro particular durante mi infancia.

Más allá de los "dibujitos"

Fui a la revista Oiga con la intención de ser ilustrador. Pero Paco Igartua necesitaba un caricaturista político y me vi obligado a tener que leer kilos de revistas y desarrollar un mínimo de criterio. Creo que tenía 18 años y hasta entonces la política poco me había importado. Fue cuando le empecé a coger el gusto a mi trabajo. 

fuente: peru21

Algunos años después recibiría una gran lección de César Hildebrandt en Liberación: no puedes opinar sobre algo de lo que no estás informado. Suena obvio, pero cuando eres un chibolo avezado y crees que solo haces “dibujitos”, puedes pecar de irresponsable con facilidad.
el humor y la violencia
Te planteo este ejemplo: muchos justifican feminicidios, la misma ley cuestiona “si la arrastró o no”, si es que la “quemó y desfiguró o no”. No obstante, viendo este dibujo, la cruel realidad salta a la vista. La diferencia es evidente y puede generar una relación directa entre el observador y lo planteado. Ante ello, el humor es terriblemente útil.  Frente a formas de pensar como aquellas, el humor que hago es probablemente el más ácido. Me gusta la sutileza, pero puedo hacer excepciones.

en la llaga. 


¿Implicancias del humor?
Para mí el humor implica una cuota de denuncia. Si solo quieres hacer reír, estás haciendo un chiste. Pero si además de eso quieres que el lector le dé un par de vueltas, entonces tienes que subir un peldaño más. Y es también gracias al humor que puedes señalar los males de este mundo sin que el receptor se deprima. 
egos dolidos
Una vez Alan García me llamó “odioso” en Twitter. Martha Chávez y Gonzáles Posada me tienen bloqueado, Allan Wagner me acusó de faltarle el respeto a la vicepresidenta, PPK contó una de mis viñetas mientras lo entrevistaban en la calle… en fin, cosas de esas, nada exageradamente relevante. 

clarisimo

Yo gozo de total libertad creativa en El Comercio.

a buen entendedor...

el humor limeño

En cuanto al humor del limeño, o del lector peruano en general, creo que goza mucho viendo cómo se satiriza a aquellos que nos gobiernan. Es una válvula de escape. 

No sé muy bien porqué es el humor político el que más cala. Imagino que es aquello de burlarse de quienes detentan el poder.

¿problemas con los lectores?
Si hablamos de lectores, tengo problemas con varios de ellos todos los días. Insultos, quejas, advertencias… etc. 

Es lo bueno de internet, esa comunicación casi directa con el que está del otro lado. La agradezco un montón. Sobre todo si no les ha gustado mi trabajo, tienen algún motivo y me lo explican sin mandarme a la RE.


Foto de portada: El comercio


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