¿Qué significa "verse bien"? ¿cuáles son sus implicaciones sociales, culturales, emocionales? ¿Realmente nos "cuidamos" cuando queremos vernos bien? ¿Realmente los hombres cargan la misma carga de la necesidad de la belleza?

MQT- Mujeres Que Transforman, con el apoyo de la Embajada Británica en Lima ha lanzado una campaña que busca generar cuestionamientos personales sobre los estereotipos en nuestra vida diaria con el objetivo de visibilizarlos y contribuir a la reducción de las desigualdades y la violencia. 

En diálogo con esta propuesta he escrito este texto, en el que reflexiono sobre el estereotipo de "la belleza" en los cuerpos femeninos. 

El dolor de la belleza

"Verse bien” para las mujeres del mundo, sin importar la cultura, el siglo, o la geografía, se ha convertido en un “deber ser” y transgredirlo implica marginación, burla, y maltrato. Es así que, en muchos casos, la elección de cuidar la imagen –que no es para nada mala en sí misma– no es verdaderamente libre, sino que está marcada por mandatos culturales que preparan, sobre todo a las mujeres, para ser, digámoslo sutilmente, “princesas”.  

NINGUNA ESTA "DESARREGLADA" ¿NO?

 Escuchemos valses, salsas, rock, veamos películas, publicidades, algunos libros, incluso los que son para niños (La bella durmiente, La bella y la bestia, la Cenicienta que se convierte en princesa en cuanto se viste como una, en fin, la lista hasta se zambulle con la Sirenita). Veamos todo esto y comprobemos cómo nuestro entorno colabora a construir la idea de que la mujer debe verse bien.

Al respecto, la psicóloga Cristina Wood, experta en ansiedad y estrés, sostiene que, al día de hoy, en el mundo, el 17% de las mujeres no se presentan a un trabajo si no confían en su presencia, y 1 de cada 3 adolescentes y niñas, no participan de un debate en clase si no están “bien arregladas”. 

A su vez, Wood sostiene que está comprobado científicamente que luego de leer una revista de moda, las mujeres acaban deprimidas, puesto que tienden a la comparación con ese “deber ser” que aparece publicado a todo color.

Con todo esto, llegar a obtener la imagen deseada implica una alta inversión de tiempo, dinero y autoestima. De modo que, “ser mujer es más caro”. Veamos esta afirmación en cifras. En el Perú, para el 2016 habían aproximadamente, 14 mil salones de belleza. Ahora hay un 10% más. De esta cantidad, algunas son peluquerías pequeñas, de barrio, y otras son cadenas. La cadena más popular y reconocida, Montalvo Salón y Spa, tiene, a la fecha 51 locales. Para el año 2012, esta empresa de belleza facturaba alrededor de 30 millones de soles. Es decir, recibían 70 mil visitas al mes. ¿Saben cuántas de éstas eran mujeres? 90% aproximadamente.

"guarra" significa "sucia"

Pero ese 100% nos habla de un sector socioeconómico muy específico: el A, B y C +. De hecho, la consultora Kantar Worldpanel revela que las peruanas de dichos grupos gastan mensualmente entre el 10% al 15% de su sueldo, esto es, entre S/ 700 y S/ 1,200, en servicios y productos de belleza. Y su principal producto de consumo son cremas para la piel, luego maquillaje, shampoo, y finalmente pañales. Invertir en que la piel no envejezca rápido o no lo muestre, no ni implica frivolidad. Es un requisito para sobrevivir en el mercado laboral

¿en serio?

De otro lado, ir a un salón para recibir tratamientos o cortes de cabello, les cuesta entre 200 y 400 soles y van entre 3 y 4 veces a la semana. Estos números revelan que mantener una imagen es el valor más alto en la canasta básica familiar. Más alto, incluso, que el presupuesto destinado al ocio compartido. Así, viajar en familia, o con amigos, y aumentar la complicidad y la calidad del vínculo con el otro, no llega a ser un gasto obligatorio como sí lo es "verse bien".

Al respecto, el gerente de Aruma señala un dato interesante: “Este sector [el de belleza] crece todos los años porque, muy distinto al crecimiento económico, la mujer no está dispuesta a sacrificar su apariencia personal”. Lo corregimos: no es sacrificar la apariencia, es sacrificar todo lo que depende de ésta.

Jone Bengoa no piensa como coco chanel 

Veamos un ejemplo. ¿Qué sucede cuando una niña de 9 años recibe apodos y burlas por su físico en el colegio? Leyendo su desgarrador testimonio, ella se vuelve bulímica. Ella está dispuesta a sacrificar su salud para proteger su autoestima, para obtener, de algún modo, aceptación. Pero no es la única.

El 99% de los casos de bulimia y anorexia que se han presentado en nuestro país son mujeres. Esto significa que al día se atienden entre 10 y 12 mujeres con estos trastornos alimenticios en las postas médicas de Lima y provincias. Ahora, si bien esto no tiene que ver con el maquillaje, sí nos habla directamente de la gran preocupación por la imagen personal y de sus con sus implicancias directas: el protegerse de burlas y ser aceptada. 

fuente: peru21

Con todo esto, queremos enfatizar en que la idea de belleza que se persigue y por la que se paga no solo con dinero sino también con salud, es el principal motivo de la autolimitación profesional y vital en niñas y adultas. 

Así, forzar, tanto en el núcleo familiar, como en el laboral o escolar, a que la mujer o la niña, encarne determinado paradigma, más que favorecerle, perpetúa el círculo vicioso de violencia hacia ellas.

fuente: upsocl.com

Así que antes de ponerte a dieta, pagar 500 soles por un laciado brasileño o decirle a tu hija que se ve como "una princesa", recuerda el otro lado de la moneda. El otro lado de la belleza. 


Excelentes ilustraciones sobre el tema, aquí

Otro link interesante sobre las redefiniciones de belleza, aquí

Portada: El autorretrato de la artista peruana Patricia Gygax Carne premium buscaba originalmente ser una protesta irónica contra la cosificación de la mujer, su representación en los medios y el uso indiscriminado de la imagen femenina para vender productos de todo tipo. Lo encuentran aquí