"Adiós, Ayacucho" es una nouvelle publicada inicialmente en 1986, en plena guerra interna peruana. Este potente texto visibiliza con ironía, todas las contradicciones que se vivieron en este salvaje apocalipsis moral y político. No obstante, esta historia mete el dedo en la yaga, sobre todo, en las muertes que quedan impunes y que, en muchos casos, pasan desapercibidas. Después de todo, según el Registro Nacional de Desaparecidos (Renade), son más de 20000 personas desaparecidas en el Perú, durante estas dos décadas de la guerra interna. Y uno de ellos fue el dirigente campesino Jesús Oropeza Chonta, quien muere carbonizado y torturado, sin acceso a derechos, a un mínimo respeto, a una mínima compasión por parte de los agentes del Estado peruano.

Es de hecho, una foto del cuerpo de Oropeza, la que vio el autor de "Adiós, Ayacucho", el destacado estudioso, narrador y poeta, Julio Ortega. Él encuentra en una revista Quehacer del 84 una foto en la que los restos de Oropeza aparecen destrozados y esto fue clave para iniciar el proceso de creación de la nouvelle. Así, esta nace como un intento por una cierta justicia literaria: por devolverle la voz a ese cuerpo humillado. Y eso es, en principio, esta nouvelle: un intento a través del lenguaje por resistir a una violencia brutal.  

autor: julio ortega. fuente: manchan, casma

En este intento por visibilizar, problamatizarla, y por promover la sana indignación ante las muertes y torturas, el grupo Yuyachkani decidió adaptar y encarnar la historia que la nouvelle nos narra.  Así nace Alfonso Cánepa, protagonista de la nouvelle, que salta a las tablas encarnado en el cuerpo y la voz del maestro Augusto Casafranca. Cánepa / Casafranca, grita, canta, salta, araña, y suda, cada palabra, cada silencio y cada voz que representa lo que fuera en la nouvelle, el dirigente campesino. Para esto, la versión teatral de "Adiós, Ayacucho" fue adaptada por Miguel Rubio Zapata, y se estrenó en 1990, justamente mediante el trabajo unipersonal del gran actor Augusto Casafranca con la presencia e intervención musical de Ana Correa, ambos miembros de Yuyachkani. Desde 1990 hasta la actualidad, esta obra se ha convertido en la "más largamente representada" por este grupo (Eltit, 2018)

fuente: Hemispheric institute

Ahora: esta nouvelle ha sido publicada este año en la colección Tierra Firme, del Fondo de Cultura Económica. Tal como indica en su prólogo el mismo autor, esta no solo es la versión final y definitiva, sino que incorpora, otras dos partes al libro mismo: una, que es el valioso guión teatral de Miguel Rubio Zapata (Yuyachkani), y otra, que es una sección crítica compuesta por tres ensayos, uno de los cuales es inédito y ha sido traducido especialmente del alemán para esta edición. Este texto pertenece a la especialista en derecho Karina Theurer, y forma parte de la curaduría editorial de FCE.  

Esta edición es imprescindible para conocer no solo la nouvelle y su tremenda potencia desfamiliadora, sino para analizar los diálogos que ha entablado con otras textualidades como la crítica literaria, el guión teatral y diversos registros fotográficos que se incorporan en este ejemplar que es, realmente, un documento de diálogo y  relectura no solo de la obra, sino de la "intacta capacidad de violencia" que pervive, más aún como corrupción" en nuestro país.
En este post conversamos con Augusto Casafranca, quien da vida al protagonista de esta nouvelle, y quien está actualmente, en el LUM representándola. Sirva esta conversación para aprender más de la belleza de obra, y de la importancia de verla, siempre, con este ejemplar en la mano. 
¿Por qué usas una máscara?

La máscara constituye un elemento de migración, entre un motivo de presentación y representación. En nuestra adaptación teatral optamos por elegir dentro abanico de personajes andinos a un miembro de la comparsa de los Qollas, pertenecientes a celebraciones como las de la festividad católica en homenaje a la Virgen del Carmen en la provincia de Paucartambo en el departamento del Cusco.  

En el caso de la historia de Alfonso Cánepa, nos permitió la posibilidad de proponer diversas posibilidades comunicativas. Ahora, esta historia narra las peripecias de este personaje y la resonancia biopolítica con tantos incidentes dolorosos e hilarantes, que era muy difícil encontrar una imagen que pudiera concentrar desde una teatralidad la atmósfera que rodea a un personaje que en la literatura y puede ser descrito de muchas maneras, pero en el caso del teatro necesitaba ser corporizado materialmente.

fuente: la mula

importAncia de la palabra en la puesta

En primer lugar, es la posibilidad de darle el uso de la palabra en el escenario teatral a un personaje convertido en NN. En la obra, este "NN", es el protagonista de un valeroso peregrinaje que logra ir desmenuzando características de la escritura desmembrada y desarticulada de la sociedad imperante en descomposición; que en su caso no solo era la presencia de Sendero y de los militares, sino también de los periodistas, antropólogos, incluso de un niño, y de su propia familia. Todo esto como parte de una atmósfera densa de reclamos e intereses unilaterales.

 Y esta propuesta persiste en el tiempo en exigir el derecho a develar la verdad: ¿Cómo es posible que exista la partida de nacimiento de la persona y no haya una partida de defunción? ¿Es que estamos condenados a convertirnos como sociedad en cuerpos ausentes? 

puesta. fuente: teatro perú

Cito un fragmento de la carta del personaje Alfonso Cánepa dicha por el personaje Qolla:

“...pero si las leyes significan algo dirigiéndose al presidente de aquella época, Belaunde, él resultaba directamente responsable aun si no había sanción formal para la multiplicación de la muerte en el país. Ahora que terminaba su gobierno, al menos él debía sentir en sus ojos la mirada helada de una de sus víctimas ”

vínculos
Jesús Oropeza Chonta, dirigente campesino asesinado que da lugar al nacimiento literario de Alfonso Cánepa, y origina la aparición de un Qolla, que a su vez menciona al principal cronista de las memorias Pre-incas y Coloniales de su época, reafirman cada uno la persistencia de una vocación por el esclarecimiento de la verdad en distintas tonalidades que dignifican las condiciones de ser miembros de una sociedad andina que a sí misma se bautizaba como ciudadanos. Intiq wawakuna: Hijos del Sol.
¿cómo hablar de lo que no está, de la ausencia?

Esta fue una respuesta que dio para Yuyachkani

¿Quieres ver "Adiós, Ayacucho"?

Adiós, Ayacucho se presentará todos los domingos del mes de agosto: 5, 12, 19 y 26 de agosto (cuatro funciones), a las 7 p. m. en el Auditorio LUM. La obra es para mayores de 14 años. El ingreso es libre y la capacidad es limitada.