¿Se nos olvidó?

(Podría ensayar una excusa) 

Son demasiadas cosas las que suceden ahora en nuestro país: los feminicidios que cada día escalan en las estadísticas y el caso emblemático de Eyvi Agreda que nos ha dejado a todos indignados, hartos, y sensiblemente dolidos. Todos estamos preocupados por el alza del combustible. Sabemos que las y los defensores del medio ambiente en nuestro país sufren acosos, humillaciones, sufren violencia física de la peor forma. La pobreza se esconde tras la emoción de ser por fin, un país que puede participar en un juego del que fue omitido 36 años. Nuestro pequeño autoestima parece levantar la cabeza. Pero otra vez la marea de los violadores, de los cadáveres de las niñas, con marcas de evidente tortura. El feminicidio es una emergencia, así de claro, sin ambigüedades y es, ahora, la peor forma de hablar de nuestra realidad más concreta y nacional. También la memoria que nos la intentan destrozar con acontecimientos varios como los sucedidos en el LUM. Son demasiadas cosas, repito, las que están sucediendo ahora en nuestro país. 

Pero no podemos, simplemente no podemos, hacer como que nunca sucedió el Baguazo. Aunque ahora las portadas no hablen, no digan ni una palabra. Aunque ahora no hayan mesas de debate, conversatorios en San Marcos, en PUCP, nada. Aunque ahora a muy pocos se les ocurra postear algun recortadorio. Aunque ahora se diga poco sobre el Baguazo debemos recordar que sí se ha escrito mucho. 

Lo resumo: 33 personas fueron asesinadas en Bagua y, hasta ahora, no existe ni un solo responsable político. A estos muertos y una larguísima lista de heridos, se resume el enfrentamiento entre dos bandos, los policías, que fueron llevados en helicópteros desde Lima y los aguarunas que apostados en un pedazo de la carretera Belaunde Terry. Ese pedazo se llama Curva del Diablo. Estuvieron más de 50 días a más de 40 grados de calor, sentados en este trozo de tierra, que es la carretera, esperando que el gobierno responda y rectifique la posibilidad de que la Minera Afrodita se establezca en una zona protegida legalmente, y claro, en que se respetara la tan mentada Consulta previa.

La masacre entre policías armados hasta los dientes y los indígenas que estaban apostados en la carretera, esperando, simplemente esperando que el gobierno se retractara y los respetara como ciudadanos peruanos que son, sucedió en la madrugada de un día como hoy. Ellos fueron llamados "perros del hortelano" -por el mismo ex-presidente en el diario oficial El Peruano-, fueron humillados por varios medios escritos, como el periódico Correo, cuando les dijeron "chunchos de la edad preagrícola, ignorantes, primitivos y feroces", y en otros, donde les dijeron eso y mucho más. 

Ahora ellos, que no tienen nada que ver con esos comentarios, yacen mutilados, pagando deudas por los juicios en los que el Estado los ha endeudado,  por su propia violencia brutal absolutamente injustificada. Fueron  7 años de proceso judicial como se puede leer en la Sentencia por este primer proceso, se piensa que es un favor, cuando en realidad, es un derecho que debió darse en un lapso breve. 

Se hicieron muchos informes, muchas investigaciones, se escribieron hartos artículos, películas, documentales, incluso una donde el director fue Leo Di Caprio.  Se ha dicho y se ha demostrado que un día como hoy no puede pasar desapercibido porque la vida de muchas personas ha quedado varada, y ha cambiado para siempre por este enorme intento por hacer valer los derechos que, para variar, el gobierno intenta pisotear a los más vulnerables.

Debemos recordar los eventos, las muertes -de los policías y de los nativos, las consecuencias del Baguazo en todo su esplendor, porque minimizarlo es minimizar un acápite importante de nuestra historia. De la nuestra, como peruanos, y ese estigma con el que se ha marcado a sus defensores, es decir, a sus mismos habitantes, es uno de los más duros, y más vergonzosos. 

En este post les invito a recordar algunos detalles de esta masacre. De este evento que ojalá nunca se olvide.