La galería "Selva invisible" que dirige el pintor Brus Rubio, pone sobre la mesa, desde su nombre mismo, una paradoja importante. ¿No es interesante que una galería, un espacio para mostrar, se nombre como aquello que no se ve? 

En el artículo “Liderazgo en movimiento. Participación política indígena en la Amazonía peruana” el antropólogo amazonista Jean Pierre Chaumeil, nos acerca a la Amazonía física peruana. Citamos a Chaumeil: 

“La Amazonía peruana tiene una superficie de 782.820 km2 y representa el 60.9% del territorio nacional. Su tasa de deforestación es del 20% y la cantidad de población en su región es, aproximadamente, 3,6 millones de personas, de las cuales, 333,000 son indígenas amazónicos repartidos en 60 grupos étnicos y 17 familias lingüísticas. Asimismo, existen 1497 comunidades indígenas inscritas y reconocidas oficialmente, de las cuales, solo 1232 disponen de un título de propiedad sobre sus tierras. La totalidad de los territorios indígenas representa el 16, 7% y entre las principales amenazas que enfrenta la selva y sus habitantes se encuentra el avance del frente de colonización (el cultivo de coca, sobre todo), la extracción no controlada de madera, la minería y los hidrocarburos, y la superposición de normas jurídicas y de diferentes tipos de concesiones sobre los territorios indígenas” (22-23, énfasis nuestro).

No obstante todos estos datos que demuestran el hecho de que la Amazonía y los indígenas amazónicos son una parte constitutiva de la realidad y de la historia peruana, estos no son "bien conocidos" o digamos, no son representados en su complejidad por los que los ven de afuera. Incluso, como es bien sabido, el indígena amazónico no tuvo un indigenismo como aquel paternalista, cruel, o que con cierta justicia protegiera y hablara del andino. En ese sentido, como señala el antropólogo Shane Greene, en el Perú la Amazonía está sometida a una visión andinocéntrica de la historia de la indigeneidad. 

En este contexto, en el que es de gran valía conocer a esta selva invisibilizada, y no necesariamente invisible, la propuesta de esta galería cobra una potente voz. Presentamos la más reciente exposición que alberga la galería "Selva invisible" del gran artista Brus Rubio, que se interesa, en esta ocasión por presentar la mirada de los migrantes shipibos en la capital. 

rawa pintando.


NI IBOBO/ Espíritus Ambientales


NI IBOBO/ Espíritus Ambientales es el título de la sexta exposición colectiva en la Galería Selva Invisible. En esta ocasión contamos con una nueva agrupación de artistas amazónicos llamada “Cantagallo & Cultura”. Esta agrupación está compuesta por los jovenes artistas Julio Maldonado (Rawa), David Ramirez Nunta, Demer Ramirez (Sanken Bima), y Pedro Ramirez Nunta.

Ellos decidieron reunirse luego del trágico incendio ocurrido el 4 de noviembre del 2016 en la Comunidad Shipibo – Conibo. En este, ellos perdieron sus cuadros, pinturas, y en general, muchos de sus materiales de trabajo y también piezas que ya tenían realizadas. En la actualidad su propuesta se centra en mostrar el renacimiento de las cenizas, el salir de la destrucción del fuego.

En este contexto, la galería Selva invisible apoya estas iniciativas y brinda su espacio para dar a conocer a nuevos artistas indígenas que viven en la ciudad y que quieren fortalecer su identidad y su cosmovisión desde el espacio urbano mismo. De tal manera que se expone un arte que visibiliza la importancia de los bosques y del conocimiento ancestral, junto al tema del cuidado ambiental que debiera promoverse desde la ciudad.

Sobre los cuatro artistas, queremos mencionar que además de dedicarse al arte, ellos tienen una vocación musical y medicinal a través del consumo de las plantas maestras. Es a partir de este desde donde encuentran puntos para abordar en su pintura sobre el valor de la madre naturaleza y el poder de los animales como protectores, de ahí que en sus cuadros se vea la interacción entre elementos urbanos y las visiones que se obtienen con la ayahuasca.

rawa, david ramirez y pedro ramirez en inauguración