Soy peruano, periodista y narrador visual. Fundador del colectivo Intu. Actualmente me encuentro dirigiendo un nuevo proyecto DO+FOTO+VIDEO+ARTE, una plataforma multimedia para publicar varios trabajos de investigación, narrativa fotográfica y audiovisual. Y en mi página web podrán encontrar una amplia selección de las fotos de las canteras.

¿Cómo así surgió "canteros"? 

Las fotos las tomé en 5 canteras de las 17 que hay al norte de la ciudad de Arequipa. No estan muy lejos, pero el tráfico de la carretera hacia Yura crea la ilusión de que están bastante más alejadas. Trabajé en las canteras de Añashuayco, la Paccha, Covarse, Señor de la Caña y Culebrillas, todas salvo la última ubicadas en el distrito de Cerro Colorado. Es una zona desértica en las estribaciones de los volcanes Misti y Chachani. 

créditos: diego oliver

El sillar es una piedra volcánica ligera y porosa y técnicamente se llama ignimbrita. No es magma, es otra cosa, probablemente ceniza comprimida durante siglos, de una erupción prehistórica de los volcanes cercanos. Las canteras son quebradas que han sido erosionadas por el agua durante siglos. Desde ese punto de vista es interesante reflexionar sobre el rol de los extractores como agentes erosionadores de las quebradas, reemplazando el agua que ya no discurre por ellas con tanta frecuencia.

El tiempo para realizar "Canteros" y los nombres de las redes 

He ido cuatro veces a Arequipa para este proyecto quedándome alrededor de una semana en cada ocasión. Hace años que me interesaba conocer las canteras. Cada vez que estaba en esta ciudad y caminaba por el centro me preguntaba de dónde habían salido y por qué nadie hablaba de estos lugares. Más aún, me interesaba saber quiénes eran los que las extraían y cómo lo hacían. Sentía que a pesar del reconocimiento arquitectónico del casco histórico de Arequipa había algo que faltaba descubrir

créditos: diego oliver

Durante años vine postergando este tema hasta que el año pasado finalmente tuve tiempo de ir. Así que tras hacer un poco de investigación, di con el número de un cantero en Añashuayco, me subí a un avión y fui en busca de las canteras. Primero las conocí caminando. Me acercaba donde algunos de los canteros y si sentía que no les molestaba mi presencia los entrevistaba. De pronto dí con uno llamado Carlos Luza, llamado “Juancito”, quién me dio el dato de un cantero que además era taxista y además presidente de la red de extractores de sillar. Con él, David Rodriguez, recorrí varias de las canteras y me presentó a mucho de ellos.

"CAnteros" para ti, Diego:
Cuando empecé a fotografiar no sabía exactamente lo que quería hacer. Supongo que esa libertad me dejó explorar con tranquilidad el espacio. Solo tras ver las primeras fotos que había tomado empecé a sentir que tenía una dirección. Los personajes con las caras tapadas, la aridez, el calor, la hostilidad misma del lugar, la piedra rota, fueron todos elementos que de por sí solos le daban una identidad particular a las imágenes que coleccionaba. Y así, naturalmente todo fue cobrando forma. Para mí este proyecto es un viaje a otro planeta, tan cercano y lejano a la vez.

créditos: diego oliver

la ausencia de títulos, la ausencia de nombres, la estética de tus "Canteros"

Son 26 fotos y un video. Inicialmente pensé que iba a hacer un trabajo documental más ortodoxo, más convencional. Pero mientras veía las fotos me di cuenta de la potencia que tenía el anonimato de los extractores y la personalidad de las canteras

créditos: diego oliver

Pude haber elegido ponerle título a las fotos, poner los nombre de los extractores, sus edades, sus lugares de procedencia, sus historias, el papel del sillar en la industria de la construcción arequipeña contemporánea, y de esa forma hubiera hecho un trabajo más informativo, más periodístico, más terrenal. Sin embargo me gustó más la idea de dejar ciertos aspectos de esta historia a la imaginación

CRÉDITOS: DIEGO OLIVER

No sentía que debía explicar todo lo que mostraba. Por eso también elegí no ponerle títulos. Sentí que terminarían por interrupir la experiencia. Las imágenes funcionaban solas y en conjunto narraban un fenómeno visualmente extraño y potente. El formato es parte de eso. Para mí era como haberme transportado a otro planeta donde existen unos seres que compulsivamente erosionan las paredes de las quebradas modificando el paisaje. Creo que eso ha funcionado bastante bien, pero de pronto, tras dejarse llevar por las imágenes y salir de la muestra uno finalmente cae en cuenta de que todo esto es real. Tan real como nosotros. Que estas son personas y es verdad que están en Arequipa y continúan una tradición que se pasa de generación en generación desde hace 500 años. Que son protagonistas anónimos de la historia e identidad arequipeñas. 

la dolor de la informalidad: la desaparición del sillar

Algo interesante que sucede en las zonas colindantes a las canteras es que el sillar alimenta la industria de la construcción informal. Las mafias de terrenos ocupan las pampas colindantes a las quebradas y al ser lotizadas y vendidas los nuevos propietarios construyen los muros o casas con el sillar mismo. Sin embargo, esta práctica potencialmente terminará por expulsar a los extractores de las canteras pues pone un límite físico a la explotación ya que de seguir extrayendo el sillar en esas zonas estarían socavando los cimientos de estas nuevas urbanizaciones. O terminarán por extinguirse o se tendrán que mudar a una cantera más lejana. Esta es una queja clara de los canteros. 

créditos: diego oliver

Cada bloque se vende a 5 soles en las canteras a transportistas. Estos a su vez las venden por centenares en la carretera hacia Yura. Parte de la decadencia del sillar como material de construcción es que su demanda ha disminuido en las últimas décadas a raíz de la aparición de otros materiales como las bloquetas o el ladrillo común, que debido a su practicidad y precio es una excelente competidor. Por eso el sillar se usa para construir cerca de las canteras mismas pues eso abarata el flete.

DATO INTERESANTE

Hay una ONG llamada CIED que ha intentado implimentar un circuito turístico por las canteras. Mal que bien algunos turistas llegan y tienen la oportunidad de que se les explique el proceso de extracción a cambio de una pequeña propina. Sin embargo esto beneficia solo a unos cuantos canteros y solo en las quebradas de Añashuayco y Culebrillas.


lo que más te gusta de este proyecto

Me gusta mucho la idea transportar al espectador de una realidad a una fantasía. Eso es lo que más me atrae de la fotografía en sí misma. La posibilidad de modificar mediante imágenes una realidad. Sabiendo que la objetividad pura y dura no existe no siento que deba pelear contra ella, sino por el contrario, aprovechar esa subjetividad para contar una historia. 

fuentes: diego oliver

Por otro lado hay varios aspectos que me parecen alucinantes. Me obsesiona la contradicción del papel del sillar en la historia de Arequipa, de cómo hace 500 años esta piedra era sinónimo de opulencia, de riqueza y florecimiento comercial de la región, y hoy no es más que el material con el que se construye la primera línea de expansión urbana, el material con el que se levantan muros perimétricos o casas de un solo ambiente en tierras invadidas y controladas por mafias de terrenos en la perfieria de la ciudad y que son atractivas y accesibles para los más pobres

créditos: diego oliver

Y, más allá de si nos gusta o no, de si lo aprobamos o no, esa es la forma cómo el Perú crece y se presta para diversas reflexiones sobre el desarrollo urbano, social y cultural de nuestro país. Nos permite reflexionar sobre las oportunidades que tenemos los peruanos. Y regresando de vuelta a Arequipa y a los canteros, éstos siguen siendo protagonistas de su historia e identidad. El sillar sigue presente y evidencia, 500 años después, nuevas falencias de nuestra sociedad, orgullos equivocados.

acerca del video incluido en la muestra

La idea de hacer el video nació luego de que Jorge Villacorta me ofreciera la sala para exponer las fotografías. El espacio lo ameritaba y necesitaba. Las imágenes las grabé en mi última visita cuando tenía claro qué es lo que quería lograr con él: reforzar esta sensación de ciencia ficción que naturalmente ofrecen las canteras, mostrar la monumentalidad del espacio, el esfuerzo sobrehumano para romper la piedra día a día, década tras década, desde los primeros años de vida de los canteros. Asimismo me premitía mostrar el contraste de estas inmensas grietas de la tierra y su cercanía con la ciudad, la que crece rápida y mosntruosamente. Es por eso que vi la necesidad de usar un drone, porque desde el aire podía mostrar dimensiones con más claridad y el fenómeno urbano.

 El trabajo de sonido es indispensable para terminar de fortalecer esta sensación y ha sido trabajado por mi hermano, Jaime Eduardo Oliver, director del Waverly Lab for Music and Computing de New York University (NYU). Los sonidos que se escuchan son golpes de combas, de barretas, de piedras cayendo, procesados y administrados por computadora y que contribuyen, juntos los movimientos lentos de cámara y registro de espacios despoblados, a intensificar la calidad hipnótica de las canteras de sillar. El video lo debemos haber logrado en unas 3 semanas.

El video aqui:  https://vimeo.com/222751319