EL ENCUENTRO CON LA MAGIA: 2006-2007.
Conocí a Arturo en el 2006 en Santiago De Chile, cuando fuimos invitados a un festival de poesía. Recuerdo que coincidimos en un desayuno, en el hotel en el que todos estabamos hospedados. Desde esa mañana en la que compartimos unos cafes y unos pancitos con queso, hasta el día de hoy, en el que escribo esta crónica, mi amistad con Arturo fue ininterrumpida, y solo ha crecido. No obstante, nunca deje de pensar en que fue increíble que un poeta tan reconocido como él se haya tomado el tiempo para conversar con una poeta joven apenas publicada como yo.
De hecho, la generosidad es uno de los valores que Arturo cultiva naturalmente, y del que todos los que lo conocemos podemos dar fe. Recuerdo que al año siguiente de haberlo conocido, en el 2007, presentó la segunda edición de mi primer libro, y escribió sobre mi poesía en un conocido diario en ese mismo año. Durante los años siguientes, Arturo fue casi un confesor de mis poemas y de las tramas que surgían detrás de estos. Su chispa era inagotable, no solo para darme su crítica sobre estos, sino para hacerme notar que nada era tan malo y que nada era tan importante como la poesía misma, y como el gesto mismo de escribir, aunque se falle muchas veces en el intento. Gracias a él entendí que escribir era (y es) ese lugar al que siempre puedo volver y en el que encontraré las respuestas que me hagan falta. En ese sentido, puedo decir, con Arturo, que la poesía me ha dado mucho más de lo que pensé (más viajes, más amigos, más imagenes, más razones, más vida)
Como si fuera poco, Arturo solía enviarme a sus ángeles para las misiones complicadas en las que yo me metía, y ellos me protegían. Así, cuando yo iba a buscar trabajo, por ejemplo, caminaba con mensajeros alados detrás de mi, y con una sensación de mágica seguridad. (Gracias Arturo, también por eso)
Arturo me escuchó a la distancia cuando yo lo llamaba desde Pittsburgh, y me escuchó también en su casa, en Santa Inés, cuando conversábamos de todo un poco a lo largo de las varias visitas que realicé en su casa/arca. Queda en mi memoria la imagen increíble de Arturo comiendo un rocoto rojo (picantísimo) como si fuera una manzana, sin siquiera inmutarse, mientras Rosi, su esposa, -la mujer que puede hacer que llueva o que salga el sol-, le pedía que cambie de comida por un tema de salud. Está también la imagen de Arturo barriendo al gato! O conversando con su tordo, un pajarito negro que siempre lo visitaba.
La sensibilidad increíble de Arturo con los animales nunca la he visto en nadie, y solo demuestra ese don de gente alucinante que tiene y que se trasluce en su poesía, en la que muchos de los personajes principales son los animales. A Arturo, el "mago", lo queremos nosotros, los que escribimos, y los animales y las plantas que adornan toda su casa, y el sol que que alumbra todos los días en Santa Inés.
Santa Inés además es una gran arca donde pululan sus poemas, que son criaturas vivas y es mas bien, un gran jardín en el que se intersectan infinitos viajes, e infinitos lugares que resuenan al unísono.
Es por Santa Inés y por ser sábado, que ahora escribo este post, porque ahora estoy lejos, y nieva, y extraño compartir un almuerzo con él y con su familia, y porque creo que de alguna forma las palabras podrían quebrar las distancias. Comparto ahora algunos poemas de Arturo, y aunque me gustaría colocar algunos de sus dibujos (una faceta aun no estudiada del poeta), me limito a colocar solo algunos de sus poemas que me gustan particularmente y que me parece que imitan bien un abrazo a la distancia con el amigo que siempre me mandó ángeles para darme suerte y cuidarme en esos días peligrosos en los que yo no encontraba un norte, ni menos todavía un sur.
- Selección de poemas - Poemas selectos
EL HEREJE
Nadie podrá convencerme
que el tren
no es larva de mariposa
que el avión no tiene plumas
que el mar no bebe cerveza
que la luz no es una flor
LA LUNA Y SU ANTIGUO HABITANTE
La luna no es astro,
la luna no es blanca,
la luna no sale de noche,
la luna no es redonda,
Ia luna no será habitada,
la luna nada tiene que ver con las mareas
ni con los cosmonautas,
la luna es una flor amarilla hecha de vapor niquelado,
la luna es el atisbo inquietante de Narciso desorbitado y loco,
a la luna en su mansedumbre sólo le falta el cisne,
en los crepúsculos la luna funde su metal
para enchapar la cola de las sirenas,
una mujer desnuda sumergida en un estanque
es la otra cara de la luna,
por la cascada sabemos que la luna precipita sus represas,
las bestias engullen la luna en los abrevaderos,
presa de pánico la luna acepta que los lobos
acicalen el colmillo en sus escamas,
la luna es el ojo del náufrago en el temblor
supremo del sobresalto,
los lancheros decapitan la luna con sus remos,
la luna es la sombra amoratada del ahogado
persiguiendo sin sosiego a los navegantes,
la luna ronda los sueños,
la luna es el atajo por donde huyen los enamorados.
LAS PUERTAS Y LAS PENAS
Puertas que van a dar al mar o al amar, puertas por donde
se ingresa inexorablemente al olvido, puertas como ganzúas, puertas abiertas al vértigo de las pesadillas, puertas en abandono, enmohecidas, pesarosas, aguardando el día de la demolición, puertas en espera de la llave que jamás las ha de abrir, puertas por donde huyen, estrellas y leones, puertas como labios incitando al peligro, puertas coronadas de enredaderas y silencio, puertas de una sola hoja, en medio de la agonía del otoño, puertas tapiadas con piedras y fantasmas, puertas abatidas que ardieron vivas y sobrevivieron al incendio, puertas pintarrajeadas como las mujeres de la noche, puertas que conducen a ninguna puerta, puertas que enloquecen a quienes las trasponen, puertas sin centinelas, sin historia, a tientas, sin el ojo de la cerradura, puertas enfermas, contagiadas de los descalabros irreparables del amor, puertas sin dinteles, ni ventanas clausuradas en soledad como los párpados, los monasterios o las lápidas, puertas infinitas como túneles de rápidos espejos, puertas que enmudecieron para siempre como los torturados.
FÁBULA DEL CANARIO
Trino,
lloro
fino, rubia
lluvia
de oro.
Saltando de alba en alba,
en una y otra rama
extiende su estribillo.
Cantarina jaula,
breve cántaro de cantos,
amarilla fontana.
El canario es el grillo
en la edición de la mañana
FÁBULA Y METÁFORA DEL GALLO
Reloj despertador,
Hijo apócrifo del papagayo.
No anuncia la madrugada
el tornassol clarinero.
— ¿Qué tiene el gallo
que se há Callado?
— Hay que llevarlo al relojero.